Hoy, san Mateo apóstol. El Señor lo llamó cuando estaba sentado en el mostrador de los impuestos. Seguro que conoces el cuadro que recoge ese momento. Es de Caravaggio y supone una catequesis plástica increíble. Si quieres, te doy algunas claves en un hilo #saintStories 

Para empezar, debes mirar el cuadro, no en el sentido materialista, como una representación de una escena ajena a tu vida; sino como si fuera una ventana viva a otra realidad en la que tú te sitúas. La vocación de Mateo es la tuya. Es trascendente.
La escena juega con los contrastes de luz. Cristo es la luz que ha venido al mundo a sacarlo de su oscuridad. Esa luz ilumina al mundo entero, nos llama a todos, pero no todos la reconocen (Jn 1, 11-20), no todos nos sentimos llamados.
La luz corta en dos el ambiente. Recordándonos que «ninguno puede servir a dos señores (…) no podéis servir a Dios y al dinero» (Mt 6, 24). Por un lado, el lúgubre y oscuro mundo del dinero. Tú y yo estamos sentados a esa mesa.
Vivimos preocupados por el dinero, haciendo cálculos, proyectando negocios, pensando en los riesgos de tal o cual compra u operación, ahorrando para el futuro, no gastando más de la cuenta… La mesa es como un altar, el libro sobre él, el sacerdote en el centro, los acólitos…
¡Es una liturgia al dios dinero! El templo de este mundo está consagrado a ese dios falso y oscuro que nos priva de la libertad, que nos somete y guía nuestra vida. A él rendimos culto y a él le pedimos favores.
Jesús y Pedro irrumpen en esta falsa «misa» para rescatar a quien quiera salir de ese culto macabro. No obstante, entre los fieles hay distintas respuestas.
O lo que es peor, te llega la luz (eres practicante, celebras los sacramentos, incluso tienes una responsabilidad eclesial) pero la utilizas por que te conviene para seguir en tu «negocio».
Quizá sólo tienes un pensión, una casita… Mucha gente está peor. Así estoy a gusto, no me puedo quejar. Seguir a Jesús significaría salir de mi seguridad, de mi comodidad… «¿Sabes qué te digo? Paso», parece decir
La mano del Cristo de Caravaggio es una mezcla de las dos manos de la creación del fresco de Miguel Ángel. Su postura es la de Adán, pero es una mano derecha en la posición de la del Padre. Cristo es verdadero hombre y verdadero Dios, y puede hacer de ti una criatura nueva, ¡Hoy!
¿Eres cristiano pero no vas mucho por la Iglesia? Mal vas. Cristo ha querido confiar a Pedro a los que Él llama. Es verdad que la Iglesia tiene muchos fallos, Pedro aparece como un hombre simple, quizá el más bruto de todos los personajes, pero está del lado de Jesús.
El rayo de luz divide en dos el cuadro. La parte de arriba es un lienzo en blanco. Ahí está todo por pintar. Tras la llamada, una vida nueva se abre. Si te dejas llamar por Jesucristo, todo empieza de nuevo, se abre una ventana al exterior. Solo un detalle hay que tener presente.
«El que quiera venir detrás de mí que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mt 16, 24) Quizá rechazas esa cruz que tienes encima (la enfermedad, el marido, tu jefa…) cuando es ese el camino que Dios te está marcando para seguirle. Acéptala y pasa al otro lado
Ojalá este cuadro cobre hoy vida y nos convirtamos en Mateo. ¿En qué circunstancias has leído este hilo? ¿Qué cosa te aferra a la oscuridad y te impide ir hacia la luz? Pon tu dedo sobre tu pecho, como Mateo, y di ¿a mí Señor? En medio de esta miseria ¿te fijas en mí? #Findelhilo